Bases de nuestra propuesta

Son varias las corrientes pedagógicas y psicológicas que alimentan el modelo.





John Dewey proponía ya en el año 1916 que “…el aula debía ser un laboratorio de la vida real, donde el docente debía crear un ambiente de aprendizaje caracterizado por los procesos democráticos y por los procesos científicos, y los alumnos debían aprender a resolver problemas trabajando en pequeños grupos y en permanente interacción…”. 







Herbert Thelen (1954) desarrolló de forma más precisa las peculiaridades del trabajo en grupo en el aula, facilitando las bases para lo que hoy llamamos aprendizaje cooperativo. 




Dewey y Thelen tienen en común el interés por ir más allá del mero aprendizaje academicista para fundamentar, desde la escuela, los comportamientos humanos en las sociedades democráticas.




Gordon Allport (1954), en el marco de los procesos de integración racial en Estados Unidos, propone medidas pedagógicas encaminadas a conseguir una verdadera integración escolar a base de trabajo en grupo y proyectos comunes. 







Robert Slavin fundamenta a lo largo de los años 90 las bases comunes y las diferencias entre el aprendizaje colaborativo y el aprendizaje cooperativo, evidenciando la ventajas de aprender en colaboración con otros.